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PALABRAS PARA EL 21MAY2022

  • Foto del escritor: nelsonhdez0
    nelsonhdez0
  • 4 sept 2022
  • 5 Min. de lectura

PALABRAS PARA EL 21MAY2022, EN EL CÍRCULO MILITAR EN CONMEMORACIÓN A LOS 40 AÑOS DE HABER JURADO ANTE EL ALTAR SAGRADO DE LA PATRIA.


Buenos días, compañeros y hermanos.

Este día, compartimos, conmemoramos y celebramos una fecha muy especial. Una fecha que marcó nuestras vidas y les dio rumbo hacia una travesía con características tan extraordinarias que solo se ven en los libros y películas de aventuras como la Ilíada y la Odisea.

Para nosotros, esta fecha también significa un momento histórico en la vida nacional. Hace 40 años, en 1984, el país vivía sus peores momentos. Había crisis y caos en lo político, en lo económico y en lo social. La única institución que se mantuvo en pie y le proporcionaba al gobierno la estabilidad necesaria para superar esa crisis era la Fuerza Armada.

Sin embargo, la Fuerza Armada también tenía sus problemas. Enfrentaba un enemigo que poco a poco le había superado en número y en armamento y necesitaba crecer y profesionalizarse aún más. Los efectivos con los que contaba no eran suficientes para enfrentar a una guerrilla que tenía mucho apoyo del bloque de países comunistas que enviaba armas y municiones a través de Cuba y Nicaragua.

La Institución Armada era capaz de crecer en términos de efectivos, principalmente de tropa, con adiestramiento que duraba semanas o talvez meses. Sin embargo, era más difícil producir líderes en los mandos medios. O sea, oficiales comandantes de sección.

Ya desde finales de los años 70, la Escuela Militar Capitán había acelerado la producción de oficiales con graduaciones de cadetes en su 4º y hasta en su 3er año. Pero aún así, la demanda de oficiales, producto del crecimiento de la cantidad de soldados todavía era evidente.

La Fuerza Armada necesitaría producir la mayor cantidad de oficiales en menos de 3 años para llenar esos cuadros de mandos medios. Su crecimiento la llevó de diez mil efectivos que tenía en 1979 hasta alcanzar una cifra superior a los sesenta mil a finales de los años 80.

Después de tener graduaciones de 20 y hasta 40 oficiales, la Escuela Militar elevó su ingreso con un número de más de 90 cadetes de primer año cuando, en enero de 1981, ingresó la Quincuagésima Tercera promoción (o sea nuestros cabos de 2º año).

En un día memorable, más de cuatrocientos cadetes ingresaron el 30 de noviembre de 1981. Más adelante en enero de 1982, un nuevo grupo de cadetes se integraría a nuestra promoción para alcanzar una cifra de más de quinientos cadetes de primer año. Estos 2 grupos conformaron la Quincuagésima Cuarta Promoción. La más numerosa en la historia de la Escuela Militar, y de la Fuerza Armada, la cual marcó el récord de la mayor cantidad de cadetes de primer año en la historia de la Escuela Militar.

Lo que sucedió después, ya todos lo sabemos. Viajamos hasta Fort Benning a un curso de cuatro meses para luego regresar convertidos en subtenientes cadetes, un grado que no existía y fue creado para legalizar y justificar nuestra participación en combate y el correspondiente seguro de vida.

Después de nuestro regreso de Fort Benning, fuimos enviados a las diferentes unidades militares de la Fuerza Armada, pero nuestra corta edad y la falta de experiencia dificultaba nuestro trabajo como comandantes de sección.

Algunos tuvimos suerte y nos presentamos a un cuartel a hacer guardia en los garitones, a poner seguridad en puentes, carreteras, ingenios, beneficios de café, y otros bienes nacionales considerados como objetivos militares por nuestro enemigo.

Los que tuvieron menos suerte, se presentaron en las unidades militares para integrarse directamente a participar en operaciones de combate que ya habían comenzado. Nuestro compañero Rolando Augusto Fernández Guerra murió al tercer día de haber sido desplegados y se convirtió en el primer cadete de nuestra promoción fallecido en combate.

Nuestra promoción experimentó todas las posibles condiciones de combate entre 1982, 1983 hasta nuestro ascenso en diciembre de 1984. Treinta y dos cadetes murieron durante esos tres años antes de ascender a oficial.

El 22 de diciembre de 1984 ascendimos 222 cadetes a subtenientes y, como era de esperar, ese día de nuestra graduación también se marcó un nuevo récord de la promoción de oficiales más numerosa en la historia de la Escuela Militar y de la Fuerza Armada.

Tanto como cadetes y después de nuestro ascenso, nuestra promoción siguió haciendo presencia en cada cerro, cada cantón, cada carretera, cada puente, cada cooperativa o cada objetivo militar que debía ser protegido en nuestro país. Tan notable fue nuestra presencia, que los oficiales antiguos nos apodaron la “TOYOTA” debido al lema de la empresa DIDEA de esos tiempos que decía: “TOYOTA, SE VE POR TODOS LADOS”.

Después de nuestro ascenso, cincuenta y cinco compañeros más fallecieron ya en condición de oficiales durante el conflicto, y nueve compañeros han fallecido después.

Adicionalmente, muchos de nuestros hermanos fueron marcados por la guerra de una manera muy dura, haciéndoles entregar parte de sus cuerpos, quedando lisiados por el resto de sus vidas. Nuestros compañeros lisiados son tantos, que ni siquiera tenemos el número exacto de cuántos son. La guerra nos ha cobrado una factura muy grande y la hemos pagado como militares profesionales que somos.

Quiero repetir las palabras que dijimos en 2009 durante la celebración de nuestros veinticinco años: “la Quincuagésima Cuarta Promoción ha sido, es, y será la promoción más grande de la historia de la Escuela Militar Capitán General Gerardo Barrios y de la Fuerza Armada” y también es la que ha entregado la mayor cuota de sangre a la Patria.

Este día celebramos, conmemoramos y compartimos la fecha en que, un día 22 de mayo de 1982, la Escuela Militar juramentaba al grupo de caballeros cadetes de la Quincuagésima Cuarta Promoción ante el altar sagrado de la Patria. Ese grupo que recién regresaba de Fort Benning, que tenía menos de 6 meses de haber ingresado a la madre Escuela, y que pronto saldrían destacados a los cuarteles a combatir al enemigo.

Como promoción, una de la mejor forma de conmemorar ese día es recordando a nuestros hermanos que se nos quedaron en el camino. Este día nos hemos reunido aquí para recordar a tres de los treinta y dos subtenientes cadetes fallecidos durante el conflicto armado:

  • Stte. Cdte. Ricardo Alfredo Marenco Ardón

  • Stte. Cdte. Jorge Alwin Sancho Velásquez

  • Stte. Cdte. Rafael Antonio Figueroa Gutiérrez

Estos tres hermanos nuestros fallecieron en diferentes circunstancias durante el conflicto armado. Reciban sus familias nuestras condolencias por su irreparable pérdida.

Puedo hablar por todos los que estamos aquí presentes al decirles que, así como ustedes perdieron a un hijo, a un hermano, un padre, o talvez un abuelo, nosotros también perdimos algo más que a un hermano en armas. Perdimos a aquél con quien juntos hemos tocado las puertas del infierno y en muchas veces logramos regresar con bien por la gracia de Dios.

Aquí presentes están sus compañeros de sección, de pelotón, de compañía, combatientes que compartieron los momentos más duros de la guerra, algo que nos hizo más que hermanos. Las memorias de ellos están guardadas en lo más profundo de nuestros corazones, al igual que en los de ustedes.

Los que hemos sobrevivido a la guerra, damos gracias a Dios por permitirnos conmemorar este día. Pero también pedimos por las almas de los que no están con nosotros y se nos quedaron en el camino.

Hermanos: antes de finalizar mi intervención, no me canso de repetirles a ustedes que no puedo expresar con palabras el orgullo que siento de pertenecer a esta gloriosa promoción de hombres valientes y aguerridos. Hombres que participaron como protagonistas principales de la historia de nuestra nación, cuando ésta se encontraba rota y en estado de crisis y nos necesitaba más que nunca.

Un saludo fraternal y mis deseos que este mes de mayo tan importante para todos los soldados salvadoreños les traiga salud y bienestar a ustedes y a sus familias.

DIOS BENDIGA A LA QUINCUAGÉSIMA CUARTA PROMOCIÓN DE LA ESCUELA MILITAR CAPITÁN GENERAL GERARDO BARRIOS Y A LOS QUE ENTREGARON SUS VIDAS POR LA PATRIA.

DIOS BENDIGA SIEMPRE A NUESTRA FUERZA ARMADA.

DIOS BENDIGA A NUESTRO PAÍS, EL SALVADOR.

MUCHAS GRACIAS.

NELSON EDGARDO HERNÁNDEZ DÍAZ

CNEL PA DEM (R)


 
 
 

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