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UN DÍA ESPECIAL EN 1992 CON DON ARCHIE BALDOCCHI

  • Foto del escritor: nelsonhdez0
    nelsonhdez0
  • 4 sept 2022
  • 5 Min. de lectura

UN DÍA ESPECIAL EN 1992 CON DON ARCHIE BALDOCCHI


Del libro "HISTORIA CON ALAS DE METAL... Y LOS HOMBRES DEL AIRE QUE LA FORJARON, IV PARTE, EL LADO OSCURO 1945-2022"

Cnel. PA DEM (R) Marco Antonio Argumedo Najarro, Julio de 2022, Pag. 299.



Don Archie Baldocchi Padre, Q.E.P.D.

En diciembre de 1991, la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG) solicitó al comandante de la FAS una presentación acrobática en el Aeropuerto La Aurora, sede de la FAG, ubicado en la ciudad de Guatemala. El Teniente Nelson Hernández fue misionado para ejecutar la presentación en un avión Fouga Magister. La FAG estaba conmemorando el Día de la FAG.


Un año después, días antes del 10 de diciembre de 1992, el comandante de la FAS, el Coronel Héctor Leonel “Lobito” Lobo Pérez ordenó a Hernández Díaz que ejecutara una rutina de maniobras acrobáticas en el Aeropuerto de Ilopango, como parte del programa de la celebración del Día de la Aviación Nacional.


El día del evento, Nelson se apersonó en la Oficina de Zarpe para prepararse para el vuelo (en una oficina contigua estaba la Sección de Supervivencia en la cual se almacenaban los paracaídas y cascos de los pilotos de Fouga Magister).


Nelson tomó su paracaídas y su casco y se dirigió a preparar su aeronave. En el momento que cruzaba la puerta de Zarpe que conduce a Rampa Internacional, el Oficial de Zarpe le dijo:


- Mi teniente: llamó el señor Comandante, y ordenó que esperara a una persona que lo acompañará en el vuelo (un amigo del coronel Lobo le había solicitado volar en un avión Fouga).


- Enterado, me iré al avión a efectuar el chequeo exterior (conocido como 360), y ahí esperaré al pasajero. Fue la respuesta de Hernández al Oficial de Zarpe.


Nelson caminó en dirección de la aeronave, la cual se encontraba estacionada en Rampa de Concreto (al Sur del edificio principal, a unos 50 metros). Al llegar efectuó el chequeo exterior y minutos después observó al Coronel Lobo y un señor en gabacha de vuelo que caminaban en dirección de Hernández. Al ver detenidamente, se dio cuenta que su pasajero invitado era un señor de aproximadamente 80 años. Un extraño nerviosismo se apoderó del Teniente Hernández Díaz.


Al llegar al avión, el Coronel Lobo le presentó a su amigo y para su sorpresa, el pasajero era nada más y nada menos que el señor Archie Baldocchi (Padre), quien era un gran amigo del Coronel Lobo. Don Archie se dirigió al Teniente Hernández Díaz en perfecto inglés y ambos entablaron una amena conversación.


El Coronel Lobo le explicó a Hernández que don Archie era un amigo de la FAS y que días antes de la Guerra de las 100 Horas había vendido a la FAS su avión Mustang P-51, para ser utilizado contra las fuerzas adversarias hondureñas y que en el transcurso de los años había ayudado a la FAS de muchas maneras.


Nelson Hernández, a pesar de estar sorprendido de conocer a Don Archie, por su trayectoria, se sentía extrañado de que un hombre de entrada edad estuviera interesado en volar acrobacia en una avión de combate.


Momentos después, el Coronel Lobo se retiró y el Teniente Hernández comenzó a explicar al señor Baldocchi las maniobras a realizar.


- Despegaremos de la pista Tres Tres (330°), haremos un pase invertido sobre la pista y luego tomaremos altura. Luego, haremos un Loop, luego un Ocho Cubano, posteriormente un Clover Leaf (Trébol), un Immelman y, para finalizar, un vuelo invertido y después nos incorporaremos al tráfico para aterrizar.


Don Archie miró fijamente a Hernández y le preguntó:


- ¿Y cuántas gravedades vas a jalar? Yo acabo de experimentar un derrame cerebral hace unas semanas y no estoy seguro de soportar tantas gravedades.


Nelson, tratando de mantener la cordura, le contestó:


- Para hacer el Loop y todas las maniobras “Over the Top” (en la parte más alta en el plano vertical) necesitamos un mínimo de 4 gravedades (4G’s) sostenidas. Respondió Nelson con naturalidad.

Aún más sorprendido, don Archie se le quedó viendo a Hernández Díaz y le dijo en tono de preocupación:


- ¡No estoy seguro de soportar tantas gravedades!


Nelson se le quedó viendo fijamente y haciendo un gran esfuerzo para ocultar su enojo pensó: ¡cómo se le ocurre a este señor querer ir a volar una misión de acrobacia a tan avanzada edad y principalmente cuando acaba de sufrir un derrame cerebral! Y comenzó a contar mentalmente hasta 10. Después de pensarlo, le contestó:


- ¡No se preocupe don Archie! Si en el transcurso del vuelo se siente mal, solo dígamelo y suspenderé la maniobra que estemos ejecutando y si esa condición continúa, aterrizaremos inmediatamente. Hernández no tenía la mínima intención de que hubiera una emergencia médica durante su vuelo.


Momentos después, ambos se subieron al Fouga. A Don Archie lo ayudó a amarrarse el aerotécnico del avión y minutos después estaban despegando de la pista Tres Tres (330°) en el Fouga Magister FAS 509 e inmediatamente iniciaron un pequeño ascenso para ganar energía (velocidad y altura). El Teniente Nelson Hernández utilizaba el indicativo “Centinela”.


Efectuaron un viraje a la derecha en dirección Sur, buscando alinearse con la cabecera de la pista Tres Tres para iniciar la rutina de acrobacia.


Una vez enfilado correctamente, Hernández inició su primer pase de vuelo invertido a lo largo de la pista activa, a una altura de doscientos pies sobre la pista (2,200 pies indicados). Nelson comenzaba a disfrutar del vuelo.


A partir de ese momento, iniciaría las maniobras “Over the Top” y para éstas, necesitaba halar 4 gravedades (4G’s) sostenidas, sin que su copiloto sufriera un segundo derrame o un ataque cardíaco. Menudo problema en el que lo habían metido.


Luego de salir del vuelo invertido, Centinela comenzó a ganar altura para iniciar un Loop. Al alcanzar la altitud deseada, picó el avión, buscando alcanzar la velocidad de la maniobra. Al alcanzarla, comenzó a halar la aeronave hacia arriba (en el plano vertical).


Al jalar, trató de hacerlo de la manera más suave posible, tratando de que los movimientos de la aeronave no fueran tan bruscos y permitieran a su copiloto comprender la maniobra y prepararse para las G’s (Gravedades) que sentiría a continuación. Al finalizar la maniobra, todo parecía normal.


A continuación, Centinela comenzó a ganar altitud para ejecutar la segunda acrobacia y maniobró la aeronave hasta colocarse paralelo a la pista activa. Una vez alcanzada la velocidad y altura requerida, Centinela inició un Ocho Cubano y, de la misma manera, haló el avión suavemente, tratando de no sobrepasar las 4 gravedades requeridas.


Luego de finalizar la primera parte del Ocho Cubano y al alcanzar la velocidad para continuar con la maniobra, Centinela aplicó 4 gravedades y comenzó a jalar el Fouga nuevamente. De repente, Centinela escuchó por el intercom del avión:


- ¡Oye, ya me estoy sintiendo mal! ¿Crees que podemos cancelar?


Centinela escuchó a su copiloto, finalizó la maniobra, inició un descenso suave y viró para colocarse en tramo final.


- Torre de Ilopango, Centinela.

- Adelante, Centinela, esta es Torre.

- El FAS 509 cancelando maniobra por desperfectos mecánicos, solicitando autorización para aterrizar.

- FAS 509 en final, autorizado para aterrizar.


El Teniente Nelson Hernández redujo la velocidad y configuró su aeronave para aterrizar (tren abajo, flaps abajo), segundos después ponía ruedas en la pista activa y taxearon a Rampa Internacional en dirección a Rampa de Concreto. Un sentimiento de frustración lo abrigaba.


- ¡Gracias por tenerme tanta paciencia! Expresó don Archie, mientras carreteaban por la calle de taxeo “Delta” y continuó:

- Has sido muy fino en tus maniobras y sé que lo has hecho para que yo no me sienta mal. ¡Te agradezco mucho!


Luego de estacionar en Rampa de Concreto, el Teniente Hernández ayudó al señor Baldocchi a bajarse del avión y se despidieron. Momento después, el Coronel Lobo llegó y se acercó para llevar a su amigo a la Comandancia. El Teniente Nelson Hernández se quedó en la aeronave llenando los documentos de post-vuelo y reflexionando sobre lo sucedido en el vuelo, llegando a la conclusión de que había hecho lo correcto.


A pesar de que no lo conocía, don Archie era una figura importante en la Aviación Nacional y Nelson Hernández tuvo el privilegio de llevarlo a volar.

 
 
 

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